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Visita mi País.

siguiendo el guion del trabajo, nos centramos en crear el paquete turístico para nuestro país, en este caso Irán. Se trata de un viaje de un fin de semana, para dos personas, saliendo el jueves de Valencia hacia Isfahán, una de las ciudades más turísticas iraníes. concentrando el viaje, cogeríamos la cuarta semana del mes de junio para realizarlo, saliendo desde Valencia el jueves 22 de junio con vuelta a la península el lunes 26, constando así los cuarto días el valor de 998,29€/persona, incluyéndose en el precio el servicio de equipaje demorado.

al no existir vuelos directos desde Valencia hacia Isfahán, tendremos que pasar por una escala en Estambul para poder llegar a nuestro destino y a la vuelta por dos.

Iniciamos el viaje el 22 de junio con destino a Estambul a las 12:35 de la mañana, llegando a la ciudad turca a las 17:35 (hora local). Allí nos detendremos durante unas tres horas hasta poder coger nuestro siguiente vuelo a nuestro destino, saliendo del aeropuerto de Estambul Atatürk a las 20:20 y llegando a nuestro destino a las 1:15 del viernes, completando nuestro viaje en 10 horas y 10 minutos, teniendo la gran suerte de que ninguno de nuestros vuelos se retrase.

Una vez en el aeropuerto de Isfahán, emprenderemos camino a nuestro hotel en taxi, situado alrededor de media hora desde el aeropuerto. Kowsar Hotel*****, situado a 1,64 Km del centro de la ciudad, donde hemos reservado la estancia para pasar los cuatro días con desayuno incluido por 823€, es un hotel con muy buenas recomendaciones, tanto para familias como para viajes de negocios, con un estilo propio de los jardines iraníes, dispone de amplias habitaciones decoradas al mas estilo persa. Situado en una zona muy tranquila a pesar de estar cerca del centro, dispone de excelentes servicios y atención al cliente, aportando facilidades como taxis o alquileres de coches, sin contar con los servicios propios  de los horero como el servicio de habitaciones o internet.

Isfahán es una de las ciudades mas bonitas y visitadas de Iran, al ser la tercera ciudad mas grande del país, disponemos de muchos lugares por ver. al contrario de lo que se puede creer, Irán es uno de los países mas activo en cuanto a turismo se refiere y su mayor política de marketing es la seguridad que el país ofrece. Cabe destacar que, en estos últimos años, Irán ha sido anfitrión de mas de 5 millones de visitantes extranjeros y, teniendo este dato en cuenta este viaje lo podríamos enfocar como un viaje cultural, religioso, de naturaleza y, por supuesto, de descanso. Al ser un viaje de 4 días, Isfahán será mas que suficiente para pasar un fin de semana de ensueño y de gran enriquecimiento cultural, comenzando la visita por esta ciudad el viernes al medio día por la Plaza de Naghsh-e Jahan.

Viernes

PLAZA DE NAGHSH-E JAHAN

Esta es la plaza más grande de Irán y está considerada una de las más grandes y espectaculares del mundo. Construida a principios del siglo XVI, tiene forma rectangular y está bordeada por una serie de galerías portificadas de dos plantas donde se distribuyen varias tiendas artesanas, Situada en el centro de la ciudad, se encuentra cerca de varios puntos de interés turísticos, como la Mezquita del Imán, el Palacio de Ali Qapú, la mezquita de Sheik Lotfollah y el Gran Bazar. La podríamos catalogar como una de esas visitas de obligación si viajas a esta ciudad iraní. Como dato adicional, en 1979 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

A la hora de la comer, podemos dirigirnos a uno de los restaurantes disponibles en el centro de la ciudad, en el que nos servirán los platos típicos del país y de esta misma, ampliando y trasladando nuestro enriquecimiento cultural al paladar. La cocina iraní, en términos generales es muy sencilla, recordando un poco incluso a la gastronomía mediterránea por el uso del pan, verduras frescas, legumbres, arroz y agua, siendo el arroz el elemento principal de los platos. Como elemento característico de la gastronomía iraní, podríamos nombrar el zumaque, una especia suave utilizada en la mayoría de platos típicos del país, aunque no la única, también son empleadas hierbas como la menta, la hierbabuena o el cilantro. Por lo que podríamos disfrutar de un maravilloso Ash-e anar, una especie de cocido con carne de cordero acompañado con alubias.

LA TEA-HOUSE AZADEGAN

Seguiremos con nuestra visita tomando un té acompañado de una pipa de vapor en las clásicas teterías tradicionales de la zona, siempre siguiendo las costumbres dictaminadas por la tradición religiosa de la zona: los hombres por un lado, y mujeres y niños por otro.

La tetería clásica de Isfahán, la tea-house Azadegan, se encuentra situada en un callejoncito cerca de la Plaza de Naghsh-e Jahan, llena de lámparas y cachivaches colgados en el techo. Lugar lleno de encanto para los turistas.

PUERTA DE QEYSARIEH

Seguidamente nos dirigimos a uno de los edificios situados en la misma Plaza de Naghsh-e Jahan más imponentes del mundo musulmán: la Puerta de Qeysarieh, que nos permite atravesar el bullicio del bazar de Isfahán, aunque no sólo permite el acceso al Bazar, sino también a otras zonas de la Plaza, como la mezquita de Loftfollah o el Palacio de Ali Qapú. Al ser el primer día nos centraremos únicamente en el Bazar, aprender el arte de las alfombras persas y adquirir una de recuerdo del viaje. Las alfombras son un elemento básico en la cultura persa cuya confección es un arte del que los iraníes demuestran mayor orgullo. Existen alrededor de 1,2 millones de artesanos tejedores, que confeccionan cada año más de 5 millones de metros cuadrados de alfombras que se exportan a más de 100 países, aunque la mayor parte es fabricada para consumo nacional.

A medida que va cayendo la noche, nos dirigimos al Hotel Abassi, de reconocida fama por su historia y antigüedad de 300 años, al igual que por sus riquezas arquitectónicas. Pero no queremos estancia en él, pero sí disfrutar de una cena maravillosa a base del ubícuo Kabab Persa que se sirve acompañado con dos tipos de arroz: el plano y el amarillo ‘’tah-chin’’, todo ello en un entorno magnífico como son sus jardines que recuerdan a tiempos de la antigua Persia. Finalizando así nuestro primer día en la ciudad.

Sábado.

MEZQUITAS

Comenzamos nuestra ruta del sábado con cierta temática arquitectónica y religiosa, empezando ésta con la visita a la Mezquita de Sheij Lotfollah. Una joya arquitectónica perteneciente al siglo XVII, única en su especie por no contener patio, iwanes ni alminares. Seguimos la ruta por la Mezquita de Shah (Imám), de fama mundial, conocida anteriormente con el nombre de Mezquita Real, por su refinamiento y su decoración magistral, gran parte de ella gracias al recubrimiento del edificio por azulejos esmaltados, donde se aprecia la admiración persa por las flores. 

Seguimos con nuestra ruta a manos de los taxistas que, como bien se sabe, en países del continente asiático es la mejor forma de desplazarse debido a sus precios muy bajos ya que en este -como en muchos otros casos- predomina el famoso regateo.

A 7 km de Isfahán, se halla una mezquita pequeña, más conocida como Menár Yombán, una obra sencilla, aparentemente, con una característica extraña. Con dos minaretes muy pequeños, a los que se acceden a través de una escalera de caracol que, una vez arriba, recuerda un poco a la torre de Pisa, ya que da la sensación de ‘’mover’’ la torre asomándose a la ventana, dando la impresión de que la torre se doblará en cualquier momento. Continuamos nuestra ruta por la Catedral de Vank, iglesia armenia de máxima importancia del país. Caracterizada por una mezcla en su estilo de arte iraní y arte renacentista italiano. A parte del templo, el conjunto está formado por un museo, oficinas y la casa del arzobispo de Isfahán. Al volver a la ciudad, nos dirigimos al Palacio Ali Qapú. Es una obra maestra del período safávida, compuesto por seis pisos, alcanza una altura de 48 metros. Cada altura posee un estilo decorativo propio, destacando la riqueza decorativa, escayola, mosaico y madera. 

Para reponer las fuerzas de la excursión, haremos una parada en uno de los restaurantes que nos facilita el centro de la ciudad, cercano al Palacio de Qapú, para deleitar uno de los grandes platos típicos iraníes, el Ash Reshteh: una especie de cocido compuesto por fideos, garbanzos, espinacas, alubias, cebolla, lentejas, aceite, menta y un toque de yogur; según la zona la composición del plato suele variar, pero por lo general siempre es así de consistente.

Retomando nuestra visita, pasear por los puentes sobre un río -infelizmente- sin agua al atardecer. En total son 11 puentes que unen las dos orillas del río Zalandeh, que se secó hace algunos años y que, hoy en día parte en dos la ciudad de Isfahan. Es un lugar donde puede observarse familias paseando al atardecer y grupos de jóvenes intentando escapar de las estrictas reglas regidas por la vida social iraní; en definitiva, es un lugar ideal para poder captar como es la vida cotidiana de esta ciudad. Un paseo nocturno por el Puente de Khajou, hablar con los lugareños para aprender y saber más de la vida en el país a través de sus experiencias, descubrir que tienen totalmente prohibido cantar, bailar, beber alcohol y muchas otras cosas que serían lo más normal en nuestro continente. De este nos dirigimos al Puente de Sio Seh Pol, con más de 30 arcos, fue construido por orden de Sha Abbas I a comienzos del siglo XVII y está considerado como uno de los símbolos de Isfahán. Damos por finalizado nuestro día con el retorno al hotel en taxi. 

Domingo.

Para acabar con nuestra visita, utilizaremos el domingo como día dedicado a los espectáculos. Después de haber desayunado y abandonado el hotel, nos dirigimos hacia el centro de la ciudad, a visitar la calle principal de la ciudad, Chahár bagh que a la traducción significa ‘’Cuatro Jardines’’, que realmente le hace justicia al nombre. En la misma calle encontraremos la Madrasa Chahar Bagh, habilitada y en funcionamiento desde principios del siglo XVIII. Seguimos la visita con la Mezquita del Viernes, que es una de las obras más interesantes de la arquitectura religiosa iraní. El edificio muestra un esquema clásico. Sus elementos más característicos son dos cúpulas, ambas del datadas del siglo XV, y su inmenso patio con un estanque pileta de mármol. Tras estas visitas, se acerca el mediodía y nos dirigimos a comer al Bazar de Isfahan, al restaurante Beryani Haj Mahmoud, donde podremos deleitarnos con este plato típico de la zona, el Beryani, hecho de cordero al horno y pulmones que se pican y que, posteriormente, se cocina en cacerola abierta a fuego lento con un toque de canela. Se sirve con una especie de pan fresco con un toque de limón y cebolla fresca. A continuación, seguimos con la visita asistiendo a un espectáculo de Pahlevani en un Zurkhaneh. El Pahlevani consiste en una mezcla de deporte, circo, teatro y religión.  Literalmente Zurkhaneh significa ‘’La casa de la fuerza’’. A parte de integrar tosos esos factores, también incorpora elementos de valores éticos, morales y filosóficos de la civilización persa. Está considerada una gimnasia ancestral de entrenamiento de guerreros. Al caer la tarde y después de haber dado un paseo por el Bazar tras la comida, cogemos un taxi para subir a la Sofeh Mountain, al cual se puede acceder a la cima con un teleférico, donde se puede disfrutar de un atardecer precioso con vistas hacia toda la ciudad de Isfahan. Emprendemos el camino de vuelta a la ciudad ya de noche con parada en el barrio de Jolfa. En este barrio armenio, las estilosas boutiques de moda y los cafés se llenan de jóvenes modernos de la zona y extranjeros. Aquí es donde cenaremos, en el restaurante Hermes, donde la sofisticada decoración y el servicio hace dudar al cliente si seguimos en este país. Aunque la comida no es la típica iraní, es de alta calidad y contemplar el espectáculo de alrededores es imperdible. 

Al acabar la cena, cogemos un taxi hacia nuestro Hotel a descansar, ya que el vuelo de vuelta a España parte el lunes por la madrugada.

Salimos del aeropuerto internacional de Isfahan con destino a Viena, donde llegaremos a las 8:15, con suerte de que no se retrasen los vuelos. Una vez en la capital austriaca, nos detendremos durante unas 6h, hasta coger nuestro siguiente vuelo hacia Frankfurt a las 14:10. Tras una hora y media de viaje, llegaríamos a Frankfurt a las 15:40. De aquí partiríamos a nuestro destino final, Valencia, sobre las 21:00 con llegada al aeropuerto de la misma a las 23:25 (hora local), concluyendo así el viaje y la experiencia por Isfahan.

Como conclusión podríamos decir que, para un viaje tan corto como este que no llega ni a una semana, hemos organizado actividades que inciden tanto en la cultura del país como en el turista y para conseguirlo, la intención ha sido hacer rutas alrededor del centro de la ciudad armenia, con pequeñas excusiones a localidades de alrededor de la misma.

Por el lado económico, podemos decir que lo más costoso en este caso sería el vuelo, ya que la distancia es pronunciable (alrededor de 7000km) y la estancia en el hotel. Mientras que el transporte, como las excursiones y los restaurantes locales es lo que menos se nota ya que al realizar el cambio de moneda, se abaratan estos gastos.  Por otro lado, y siendo un punto negativo a mencionar, sería el conflicto de los puentes aéreos, ya que realizar dos escalas al regreso hace que el final de esta experiencia sea exhaustivo, pero por lo general se espera que los turistas hayan disfrutado de este paquete turístico.

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